
Siempre he pensado que tú y yo hacemos el equipo perfecto, ¿no crees? Tú eres como el agua, te adaptas a todo, eres transparente, siempre estás ahí y ayudas cuando se te necesita. Yo, en cambio, me identifico con el fuego. Puedo estallar en cualquier momento, destrozo todo a mi paso, no hay casi nada que me pueda para... Bueno, en verdad, solo tú. Porque tú eres mi agua y te necesito. ¿Sigues pensando que no hacemos un buen equipo?
No hay comentarios:
Publicar un comentario