domingo, 6 de noviembre de 2011

Conoces esa sensación, ¿verdad?

¿Nunca has tenido esa sensación en el estómago? Sí, esa que tienes cuando vas a subir a una montaña rusa, justo cuando empiezas a subir la cuesta y ves a la gente menguar lentamente. Y después, sin previo aviso, vas muy rápido, tan rápido que no eres capaz de ver nada y el viento te despeina. Gritas, pero no de miedo, no... Es un grito de ¿alegría? Sí, de eso. Porque aunque antes tenías miedo, ahora te lo estás pasando genial. De repente, termina la atracción. Tienes ganas de más, de repetirlo una y otra vez, a pesar de que pases un poco de miedo. Sabes que vale la pena por esa sensación de bienestar que te deja cuando estás allí arriba, en la cumbre de la montaña rusa. Pues bien, tú me haces sentir así. Como en una montaña rusa, al principio puedo tener un poco de miedo, pero después... me lo paso de miedo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario