domingo, 23 de octubre de 2011

Me perdería aquí siempre

Sus dedos rozaron mi mejilla y mi cuerpo se estremeció de placer. Me acurruqué todo lo que pude en su pecho. Sentía el calor de su cuerpo contra el mío. Oía los latidos de su corazón con perfecta nitidez. Bum, bum, bum... Sus brazos me abrazaron y mi mundo se paró cuando nuestros labios se juntaron por fin. Sin duda alguna, podría perderme en ese momento para siempre...

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